Cualquier persona con tiempo y dinero puede aventurarse por lugares remotos de todo el mundo, y puede que se sorprenda al saber que todavía hay lugares en la Tierra tan inaccesibles que apenas aparecen en los mapas. La cuenca del Tarim, en el desierto de Taklamakan (China), es uno de esos lugares.
125.000 millas cuadradas de desierto de arena. El desierto de Taklamakan se encuentra en la región de Xinjiang Ugyur, la zona de China que comparte frontera con Kazajstán, Kirguistán y Pakistán. Esto significa que la mayoría de los habitantes de la región de Xinjiang son musulmanes, cuya cultura tiene más en común con Estambul que con Pekín.
La antigua Ruta de la Seda desde Xian atraviesa la región, y la única forma relativamente segura que tenían los viajeros y comerciantes de hacer negocios por allí era bordeando el desierto en vez de adentrarse en él. Incluso hoy en día, aún se encuentran restos de animales, personas y vehículos que no sobrevivieron durante el trayecto de un oasis a otro. De hecho, el nombre Taklamakan significa, en lengua ugyur, "si entras, no saldrás".
Hay ciudades enteras sepultadas bajo las arenas del Taklamakan. Como era de esperar, este desierto atrajo a muchos aventureros a finales del siglo XIX y principios del XX. Algunos de estos hombres, como el explorador sueco Sven Hedin (1865-1952), acudieron motivados por el hecho de que la zona nunca había sido cartografiada. Hedin realizó dos expediciones, y en la primera de ellas estuvo a punto de morir al subestimar las dificultades de cruzar el Taklamakan. Los mapas dibujados a mano durante sus expediciones son muy hermosos y su precisión ha sido confirmada por imágenes de satélite.
Otros exploradores fueron en busca de tesoros arqueológicos. Rusos, alemanes y franceses también hicieron expediciones a la zona, y como resultado los tesoros de la Ruta de la Seda están ahora dispersos por museos de todo el mundo. Ya en tiempos más recientes muchos sitios han sido saqueados por buscadores de tesoros locales. El gobierno chino ha sido extremadamente lento e incompetente a la hora de preservar estos lugares.
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